Galicia, finales del siglo XIX, Elisa (Natalia de Molina) y Marcela (Greta Fernández) se conocen en la escuela donde estudian. Lo que empieza como una simple amistad termina en una relación amorosa tan intensa, que deberán vivirla a escondidas. En el año 1901, deciden casarse. Para lograrlo, Elisa adopta la identidad masculina de su fallecido primo Mario y se casan en la parroquia de un municipio de A Coruña. Claro que las habladurías continúan, y al descubrirse el engaño, las dos mujeres son denunciadas y perseguidas. Ambas jóvenes deberán huir así para evitar entrar en prisión.